Un grupo de arqueólogos de la Universidad Adnan Menderes ha descubierto en las ruinas de la ciudad de Mastaura, en el oeste de Turquía, un anfiteatro romano “similar al Coliseo”. La estructura se encuentra en buen estado, aunque parcialmente enterrada en una arboleda, y los trabajos para su conservación ya han empezado.
Sedat Akkurnaz, el arqueólogo jefe del equipo, afirma que el anfiteatro es el único que se conoce en un estado tan bueno de conservación en Anatolia, la región geográfica situada entre el Mediterráneo, el Egeo y el Mar Negro: “La mayoría del anfiteatro está enterrado. Las secciones que se encuentran bajo tierra están muy bien preservadas. Es tan sólido como si se acabara de construir”. Además, destaca que el edificio no fue modificado desde su construcción, a finales del siglo II o inicios del III, y que conserva su aspecto original, lo que le da un importante valor histórico.
Los trabajos de conservación han empezado de inmediato: se ha quitado la vegetación que cubría el edificio y en las próximas semanas se empezará a trabajar en las secciones que corren mayor riesgo. “En abril empezaremos la conservación de las paredes para proteger el edificio del deterioro. Después de mayo, empezaremos sondeos geofísicos sobre el edificio. Queremos entender como son las partes subterráneas”.
Los investigadores datan el anfiteatro en tiempos de la dinastía de los Severos, entre los años 193 y 235 d.C., aunque no han encontrado indicios que señalen a un emperador en concreto. La datación se basa en que, según Akkurnaz, “las técnicas de construcción del edificio son las mismas que las de la época de los Severos”. En esa época, según explica, la ciudad de Mastaura se desarrolló y enriqueció, lo que habría justificado la construcción de un anfiteatro.
Se trata de un anfiteatro de forma circular y unos 100 metros de diámetro, mientras que el Coliseo es ovalado y tiene un diámetro de 188 metros en el eje mayor y 156 en el eje menor; sus paredes tienen unos 15 metros de altura frente a los 48 del Coliseo. En cuanto al aforo, los investigadores calculan que podía acoger entre 15.000 y 20.000 espectadores, mientras que el aforo máximo del Coliseo era de 65.000 personas. Por sus dimensiones no es una arena excepcionalmente grande sino más bien de tamaño mediano, similar al anfiteatro de Tarragona.
No obstante, este aforo sí que se puede considerar notable para una ciudad como Mastaura, que no era especialmente grande ni tenía la importancia de Tarraco. Sedat Akkurnaz cree que la arena servía como punto de atracción para otras poblaciones de la región: “Cerca de Mastaura hay muchas grandes ciudades en el oeste de Anatolia, como Afrodisia, Mileto, Priene, Magnesia y Éfeso. La gente de estas ciudades vecinas venía a Mastaura para ver los grandes eventos en este edificio especialmente diseñado para espectáculos sangrientos”. Asegura que “no hay ningún ejemplo previo de un anfiteatro así en Anatolia y su entorno inmediato”.
Fuente: Historia, National Geographic