Los sensores flexibles situados en cada dedo permiten cuantificar la curva de estos y procesar cada letra, que una aplicación se encarga de traducir y verbalizar
El PeriódicoBarcelona – Miércoles, 06/03/2019
La sobrina de seis años de Roy Allela nació sorda. A la pequeña le resultaba difícil comunicarse con su familia, ya que ninguno domina la lengua de signos. Motivado por darle una mejor calidad de vida, Roy Allela, un keniata de 25 año entusiasta de la tecnología, trabajó para el desarrollo de unos guantes inteligentes que convierten los movimientos de la lengua de señas en audio.
“Me puse a imaginar cómo sería la vida de mi sobrina si tuviera las mismas oportunidades que todos los demás en el campo de la educación, el empleo y, en general, todos los aspectos de la vida”, dijo Roy, creador de los guantes Sign-IO, a ‘The Guardian’. “La gente, en general, en Kenia no entiende la lengua de signos, así que, cuando sale, siempre necesita un traductor. A largo plazo esto perjudica y afecta a la persona sorda en su progreso”.
En la actualidad, más de 30 millones de personas en el mundo tienen discapacidades del habla y, por tanto, necesitan usar la lengua de signos para comunicarse, lo que supone una barrera lingüística entre los usuarios de esta lengua y los que no.
Así, Roy, que actualmente trabaja en Intel y es profesor de ciencia de datos en la Universidad de Oxford, se puso a trabajar en una herramienta que rompiera esa barrera y terminó creando los guantes Sign-IO.
Los guantes Sign-IO tienen sensores flexibles en cada dedo, que cuantifican la curva de estos y procesan cada letra. Los guantes, a su vez, están conectados a una aplicación, mediante Bluetooth, que se encarga de traducir esa información y vocalizarla.
Los usuarios de la aplicación pueden elegir su idioma, género e incluso el tono de vocalización. La precisión de los resultados el del 93%. Además, los guantes también se pueden personalizar con diferentes diseños.
Allela ya ha probado los guantes en una escuela de necesidades especiales en el condado rural de Migori, en el sudoeste de Kenia, donde la experiencia de los usuarios ayudó a mejorar algunos de los aspectos más importantes de los guantes, como la velocidad a la que el idioma se convierte en audio.
Los guantes ganaron recientemente el premio a los pioneros de hardware de la Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos (ASME) y Allela está usando el dinero del premio para obtener predicciones vocales más precisas.
Su intención ahora es colocar al menos dos pares de guantes en las escuelas de necesidades especiales de Kenia y mejorar la vida de los millones de niños que sufren una pérdida auditiva discapacitante.