Poder realizar tu trabajo a través de internet tiene ventajas, pero también inconvenientes. Por desgracia, no es infrecuente leer comentarios y experiencias de compañeros que han sido víctimas de estafas, impagos y otras desgracias que afectan al bolsillo. Veamos algunos trucos y consejos para prevenir alguna de estas situaciones en la medida de lo posible.
ANTES DE ACEPTAR EL ENCARGO
Un cliente nuevo se pone en contacto contigo y te pide presupuesto. ¡Qué alegría! Antes de pedirle archivos (si no te los ha mandado), busca al cliente en internet. También en el BlueBoard y busca menciones en alguna lista de traducción como TRAD o grupos de traductores de FB. Si encuentras información positiva, ¡adelante con el presupuesto! Si no te convence lo que encuentras, deberás valorar si quieres arriesgarte. Si no aparece ningún dato relevante o no das con el cliente en internet no es mala señal, pero tendrás que tomar precauciones adicionales.
CLIENTES PARTICULARES
En este caso, nada te impide hacerle un presupuesto en el que indiques que el abono debe realizarse por adelantado. Esta sería la opción más segura. Si tienes la documentación original, puede servirte como garantía de que el cliente pasará a buscar la traducción y, en tal caso, el pago a la entrega también sería una opción.
AGENCIAS DE TRADUCCIÓN O COMPAÑEROS TRADUCTORES/INTÉRPRETES U OTRAS EMPRESAS O ENTIDADES
Si se pone en contacto contigo una empresa de traducción de la que no encuentras referencias, tendrás que analizar un poco la información que encuentres en internet. ¿Cómo es su página web? ¿Tiene un apartado de “Quiénes somos” en el que haya más datos sobre las personas que conforman la empresa? ¿Aparecen datos de contacto como dirección, teléfono, etc.? ¿Quién es el dueño? ¿Está en Linkedin la persona que te ha escrito? ¿A nombre de quién está el dominio? ¿Te escriben desde una dirección de correo del dominio o es una cuenta gratuita? Si no hay rastro de estas personas y la página web no te da buena espina, lo mejor sería no arriesgarse. Si prefieres coger el trabajo, es importantísimo que pidas número de identificación fiscal, dirección y teléfono. Además, guarde toda la documentación y pide o emita tú mismo una orden de pedido con todos los datos del encargo (volumen, fecha de entrega, identificación del cliente y plazos de pago).
En el caso de que se tratase de otro tipo de empresas ajenas al sector, tendrías que hacer una investigación similar a la indicada en el párrafo anterior. Aunque en este caso podrías pedir pago por adelantado o el 50 % antes de empezar a traducir. Aunque no se estile en el sector de la traducción, hay otros sectores en los que es lo más normal del mundo. Y, ten en cuenta, que al final el que pone las condiciones en tu negocio eres tú. ?
Mención aparte merecerían las administraciones públicas, ya que suelen tener sus propios procesos y plazos de pago. Aquí son lentejas: o las tomas o las dejas.
¿Y SI NO ME PAGAN LA TRADUCCIÓN?
En el caso de que, a pesar de que ese cliente nuevo pareciera solvente, el pago no se realice en el pago acordado, deberías actuar inmediatamente. Ponte en contacto con el cliente por el medio con el que se comunicó habitualmente contigo durante el encargo e indícale, siempre en un tono profesional, que no has recibido el pago acordado. Quizá haya sido un simple descuido o ya te lo ha enviado pero no lo has recibido todavía en tu banco. Si te comenta otro tipo de problemas y, en función de si te convence o de si compensa ser flexible, deberás pedirle el pago en X días y gestionar la situación según si te paga o no en la nueva fecha acordada.
Si no consigues ponerte en contacto con el cliente en un tiempo prudencial o en el supuesto de que te ponga excusas para pagarte, podrías recurrir al envío de un burofax. Aquí se explica su funcionamiento. Si sigue sin dar resultado, el siguiente paso en serio sería el procedimiento monitorio. En el blog El Gascón Jurado se detalla en qué consiste y cuáles son los pasos a seguir.
Evidentemente, meterse en jaleos de esta envergadura va a depender, por un lado, del importe de la factura y, por otro, de tu paciencia para insistir. Si se trata de importes elevados o si conoces a otras personas afectadas por impagos de ese mismo cliente, incluso podría salir a cuenta buscar a un abogado que se haga cargo del asunto por nosotros o, llegado el extremo, que lleve la reclamación por vía judicial.
Aunque cada caso será diferente, espero que este resumen de consejos para evitar estafas o impagos os sirva specialmente para prevenir estas situaciones y que os paguen siempre.